En la actualidad disponemos de numerosas opciones en cuanto a sistemas de climatización para hogares, negocios y establecimientos. Por ello, se han diseñado distintas soluciones para modificar el clima en determinadas estancias, para mejorar el confort y la salud de las personas que habitan o realizan alguna actividad en ellas. Esto se logra a través de distintos sistemas de refrigeración, de calefacción y de ventilación del aire.
Los sistemas de climatización en el hogar son especialmente útiles y nos permiten disfrutar de unas condiciones ambientales confortables durante los meses más calurosos y fríos del año. En aquellos lugares con temperaturas elevadas o para cuando es verano, se suelen instalar aparatos que tienen la capacidad de enfriar el aire.
De esta forma, consiguen eliminar así el calor asfixiante de los meses más cálidos de la época estival. Del mismo modo, en los sitios con temperaturas frías o cuando es invierno, estos dispositivos tienen la capacidad de calentar el aire y mantenerlo a una temperatura constante y confortable.
Por este motivo no tenemos ninguna duda de que la instalación de un buen sistema de climatización puede tener grandes beneficios y ventajas para incrementar los niveles de confort del hogar. De esta manera, se proporciona tanto a los invitados como a los miembros de la familia un clima agradable en el interior de cualquier vivienda.
Por ello, en este artículo te vamos a explicar cómo funciona el suelo radiante, que es uno de los sistemas de climatización más solicitados en la actualidad por las ventajas que se derivan de su uso. Si quieres saber más sobre este tema, te recomendamos seguir leyendo este artículo, ya que vamos a resolver cualquier duda que puedas tener.
¿Qué es el suelo radiante?
El suelo radiante es un sistema de calefacción o de climatización que se instala debajo del suelo de una casa. Existen varias variantes dependiendo de la manera en la que se transmite la energía. Existe un modelo que está formado por una serie de tubos de plástico que contienen líquido refrigerante o calefactante, que, normalmente, contienen agua.
Este puede funcionar con una caldera de gas, por ejemplo, o puede ir conectado a un sistema de aerotermia. En este caso, además de proporcionar calefacción en invierno, proporciona refrigeración para los días más cálidos del año, por lo que es más versátil.
Del mismo modo, también existe el suelo radiante eléctrico, que funciona gracias al uso de una serie de tubos con resistencias que se calientan. Ambas opciones sirven para irradiar calor, ya que alcanzan temperaturas considerablemente altas. Por este motivo, es necesaria la instalación de una placa aislante para que el calor se transmita a la misma y que esta transmita al ambiente la temperatura que queramos.
La principal función de este sistema es básicamente aclimatar la temperatura de la casa a través del suelo, con lo que podemos conseguir cómodamente que cualquier habitación alcance la temperatura de confort. De la misma forma, las placas aislantes que se instalan permiten retener el calor o el frío de una manera más constante y eficaz que otros sistemas de climatización.
Por ello, tan sólo requiere un pequeño consumo de energía para mantener la casa a la temperatura que queremos. Ahora bien, dependiendo del sistema de suelo radiante que elijas, puede tener una mayor o menor repercusión en el coste de la factura de la luz a final de mes.
¿Cómo funciona el suelo radiante con bomba de calor?
Como hemos comentado más arriba, el suelo radiante es un tipo de sistema de calefacción y de climatización muy útil, ya que distribuye el calor desde el suelo hasta las distintas áreas del hogar. Por ello, es uno de los sistemas que mayor confort proporciona al hogar, tanto en los días más fríos como en los más cálidos del año. Esto se acentúa gracias al suelo radiante combinado con una bomba de calor, que también es conocido como un sistema de aerotermia.
Esencialmente, el suelo radiante que funciona con bomba de calor o con aerotermia es una red de tuberías de calefacción o de refrigeración muy estrechas que se colocan debajo del suelo del hogar que contienen agua caliente que circula a través de un circuito cerrado. Estas estrechas tuberías mantienen calor de una manera muy uniforme en toda la superficie del suelo. Del mismo modo, transmiten la temperatura desde el piso al resto del ambiente de la estancia.
El sistema es una excelente solución alternativa a la calefacción tradicional, ya que no produce corrientes de aire. Por supuesto, esto permite una mayor eficiencia energética, ya que la calefacción o la refrigeración se obtienen de la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del hogar, por lo que, además, es un sistema más ecológico que distribuye de forma más suave y gradual.
No obstante, también existe la opción de instalar un suelo radiante con líquido refrigerante conectado a una caldera de gas natural, pero esto tiene algunas desventajas. En este caso sólo proporciona calefacción y es una opción menos ecológica y que incrementa la factura de la electricidad a final de mes.
¿Cómo funciona el suelo radiante eléctrico?
Se trata de un sistema de calefacción que funciona de un modo muy parecido al anterior, ya que consiste en integrar bajo el suelo unos cables calefactores que irradian calor. Estos irradian calor gracias a que contienen una resistencia eléctrica a lo largo de toda su longitud.
Básicamente, estos consiguen disipar la energía eléctrica en forma de calor, que se transmite al suelo que se instala cubriendo esta instalación de suelo radiante. Por ello, es un sistema que se encarga de proporcionar calefacción de manera uniforme a cualquier estancia del hogar. dependiendo del tipo de pavimento que elijas, el calor perdurará más o menos tiempo, entre unas 4 horas y más de un día.
En el mercado lo puedes encontrar en diferentes formas, como, por ejemplo, una malla de fibra en la que viene sujeta el propio cable radiante. También puedes encontrar otra modalidad que es como un hilo que se puede extender conforme prefieras. Asimismo, también puedes encontrar folios radiantes, que cuentan con un par de milímetros de espesor.
Por lo tanto, ahora que sabes cómo funciona el suelo radiante eléctrico, podemos pasar a hablar de la sostenibilidad y la eficiencia energética. Como hemos comentado, en el mercado puedes encontrar distintas instalaciones de diferentes calidades. Por este motivo, te recomendamos elegir aquél que cuente con un bajo consumo eléctrico y con una etiqueta de eficiencia energética de, como mucho, tipo C para no gastar demasiada electricidad y ahorrar en la factura de la luz a final de mes.
No obstante, desde el punto de vista ecológico es menos atractivo, ya que necesita consumir una cantidad considerable de energía eléctrica para funcionar. En este sentido, creemos que es mejor apostar por el sistema de suelo radiante combinado con una bomba de calor aerotérmica, ya que el consumo de energía eléctrica será mucho menor, lo que también tiene ciertos beneficios para el medio ambiente.