A lo largo de la historia, los seres humanos siempre hemos buscado formas de mejorar nuestro confort, especialmente para hacer frente a las altas temperaturas del verano y al frío del invierno. Acciones como buscar refugio bajo las copas de los árboles o en cuevas en época estival y el uso rudimentario del fuego en el interior de las primeras chozas, la evolución hacia el confort térmico ha sido un constante. 

Con el paso del tiempo, fuimos incorporando, progresivamente, nuevos avances que nos han llevado hasta lograr los sistemas actuales de climatización, como los radiadores, el suelo radiante o el aire acondicionado. De todos ellos, este último es considerado uno de los más eficaces para alcanzar un nivel de bienestar térmico óptimo en interiores.

Actualmente, existen, en rasgos generales, tres tipos de aire acondicionado: split, multisplit y por conductos. En este artículo nos vamos a centrar en mostrarte qué es el aire acondicionado por conductos y cómo funciona, destacando sus ventajas y algunas de sus posibles limitaciones. ¡Sigue leyendo si quieres salir de dudas!

¿Qué es el aire acondicionado por conductos?

En rasgos generales, podemos decir que el aire acondicionado por conductos es un tipo de sistema de climatización centralizado que se encarga de distribuir el aire frío o caliente mediante una red de conductos que, generalmente, queda oculta tras un falso techo. Este tipo de sistema se compone de una unidad interior (normalmente instalada en el techo del baño o en zonas técnicas) y una unidad exterior (usualmente ubicada en balcones, terrazas o jardines). Ambas unidades trabajan en conjunto para impulsar el aire a través de los conductos y llevarlo a todas las estancias mediante el uso de rejillas de ventilación.

Una de las principales ventajas de este sistema es que permite disfrutar de una temperatura homogénea en toda la vivienda, sin puntos de calor o frío excesivos. Además, ofrece la posibilidad de zonificar la climatización, es decir, regular la temperatura de cada estancia de forma independiente, lo que se traduce en un mayor confort y en una mayor eficiencia energética, lo que permite reducir las emisiones de gases efecto invernadero a la atmósfera.

Este tipo de sistemas suele emplearse en oficinas, locales comerciales y viviendas de obra nueva, ya que permite mantener una estética minimalista al dejar visibles únicamente las rejillas. También destaca por su capacidad para integrar termostatos independientes en cada zona o estancia y por permitir cerrar las rejillas de estancias que no utilizamos, optimizando así el consumo. Aunque requiere de la realización de una obra previa y, por supuesto la instalación de aire acondicionado por conductos, la deben realizar instaladores profesionales, como encontrarás en TSclima. En cualquier caso, a largo plazo, se convierte en una solución muy eficiente y enormemente rentable.

Aire acondicionado por conductos: ventajas y desventajas

Los sistemas de aire acondicionado por conductos han ganado terreno en los proyectos residenciales más exigentes. Como hemos mencionado más arriba, su funcionamiento se basa en una unidad central que reparte el aire a través de conductos que quedan ocultos bajo un falso techo, lo que lo convierte en una solución discreta, eficiente y cómoda para climatizar grandes superficies.

Gran capacidad para climatizar una vivienda

Entre sus principales ventajas destaca la capacidad de climatizar toda la vivienda desde un único punto. Gracias a ello, se obtiene una temperatura homogénea en todas las estancias, incluso si mantenemos las puertas bien cerradas. Este aspecto resulta especialmente útil en hogares amplios donde otros sistemas, como el split, pueden no ser tan efectivos y, por supuesto, cuando queremos disfrutar de una mayor privacidad sin necesidad de mantener las puertas abiertas para alcanzar la temperatura de confort.

La instalación no compromete la estética del hogar

Desde el punto de vista estético, el aire acondicionado por conductos permite mantener una decoración limpia, ya que el sistema queda completamente integrado en el falso techo. Sólo podemos apreciar las rejillas, que además pueden personalizarse en función del estilo decorativo. Si nos gustan los ambientes de estilo industrial, incluso podemos optar por dejar parte de los conductos a la vista, para lograr darle un efecto decorativo contemporáneo y distintivo.

Mayor eficiencia energética

En cuanto a la eficiencia energética, podemos decir que este sistema permite un uso racional del consumo eléctrico. El control independiente por zonas, así como la posibilidad de cerrar rejillas en estancias sin uso, ayuda a reducir significativamente el coste de la factura de la luz. Esta eficiencia también repercute en una mayor durabilidad del equipo y una menor necesidad de mantenimiento.

Algunas limitaciones del aire acondicionado por conductos 

Ahora bien, como todo sistema, también debemos decir que este presenta algunas limitaciones. La principal es que requiere realizar obras para su instalación, especialmente si la vivienda no cuenta con una preinstalación previa. Sin embargo, en viviendas de nueva construcción o si pensamos realizar una integral, esta intervención se puede asumir sin grandes inconvenientes.

Otro factor a tener en cuenta es la inversión inicial, que suele ser más alta que en otros sistemas. No obstante, este gasto se compensa con el tiempo gracias al ahorro energético, la durabilidad del sistema y el valor añadido que aporta a la vivienda. Finalmente, su rendimiento puede ser algo más limitado en zonas donde las temperaturas invernales son extremadamente bajas, aunque existen soluciones complementarias, como bombas de calor de última generación, que permiten compensar esta “debilidad” sin mucho problema. 

El aire acondicionado por conductos ¿cómo funciona?

Comprender cómo funciona el aire acondicionado por conductos es clave para valorar su eficiencia. Este sistema se basa en el mismo principio que cualquier otro aire acondicionado: la extracción y transferencia del calor de una estancia mediante un circuito cerrado por el que circula un gas refrigerante, como el R290 o el R32.

La unidad interior capta la temperatura del aire caliente

El proceso comienza cuando la unidad interior capta el aire caliente de la vivienda y transfiere su temperatura al gas refrigerante. Este gas, al comprimirse, libera calor que es expulsado al exterior por la unidad situada en el balcón, fachada o terraza. Cuando estamos en verano, a través de un ciclo de compresión, condensación y expansión, el sistema devuelve aire frío a través de los conductos. En invierno, si el sistema cuenta con bomba de calor reversible, puede invertir el ciclo para proporcionar calefacción.

El uso de un termostato para regular la temperatura 

Además, este tipo de sistemas incluye un termostato —o varios, si se dispone de zonificación— que permite regular la temperatura de manera manual o automática. Una vez alcanzada la temperatura indicada, el equipo reduce su actividad o se apaga temporalmente, reactivándose cuando detecta una variación térmica. Así, podemos conseguir una climatización eficiente y constante.

La distribución del aire se realiza de manera uniforme por todos los conductos, los cuales están conectados a las distintas estancias de la vivienda mediante rejillas. Estas rejillas pueden ser de entrada (impulsión del aire climatizado) o de retorno (recogida del aire caliente), y su correcta colocación es fundamental para que el sistema funcione de forma equilibrada.

En resumen, podemos decir que el aire acondicionado por conductos representa una de las soluciones más eficaces y estéticas para la climatización integral de viviendas grandes o incluso en espacios comerciales. Sus principales ventajas —como la distribución uniforme del aire, la posibilidad de zonificación y la integración discreta en la decoración— lo convierten en una alternativa de alto valor añadido para garantizar el máximo nivel de confort térmico y de eficiencia energética.