Los sistemas de climatización actuales ofrecen una gran variedad de soluciones para garantizar el confort térmico en cualquier época del año, incluso en viviendas que ya están construidas. Entre las opciones más utilizadas encontramos el aire acondicionado, los radiadores, la aerotermia y, por supuesto, el suelo radiante para reformas, una de las alternativas más eficientes y confortables para mantener una temperatura estable y agradable tanto en invierno como en verano.
El funcionamiento de este sistema se basa en una red de tubos oculta bajo el pavimento por la que circula agua fría o caliente según la estación, lo que permite climatizar los espacios de forma uniforme y silenciosa. Cuando hablamos de pisos de nueva construcción, es habitual que ya se diseñen con ciertas previsiones para facilitar la instalación de sistemas de climatización, como los conductos para aire acondicionado.
Sin embargo, instalar suelo radiante en reforma también es perfectamente posible y cada vez más demandado por aquellas personas que buscan modernizar su vivienda con una solución eficiente y discreta. Por este motivo, a lo largo de este artículo te daremos algunos consejos prácticos si estás pensando en apostar por esta tecnología aprovechando que vas a realizar una reforma en tu hogar.
Ten en cuenta el espacio y las características del suelo
Al instalar suelo radiante en reforma, uno de los aspectos más importantes a considerar es el espacio disponible y las características del pavimento existente. Este tipo de instalación requiere retirar el suelo actual para colocar el sistema radiante, por lo que hay que estudiar bien la altura del forjado y el grosor total del nuevo conjunto.
Si el nivel del suelo se eleva demasiado, puede ocasionar problemas con las puertas, con los rodapiés o incluso con los accesos a balcones y terrazas. Por eso, antes de comenzar, es bastante importante realizar un análisis técnico que permita determinar cuál podría ser el espesor más adecuado del sistema.
Hoy en día existen soluciones de suelo radiante para reformas especialmente diseñadas para minimizar el grosor total, lo que facilita su instalación en viviendas ya construidas sin necesidad de terminar realizando una obra demasiado invasiva. Además, planificar con precisión esta parte del proyecto resulta fundamental para garantizar una correcta distribución homogénea del calor.
Debes elegir el tipo de suelo radiante adecuado para reformas
No todos los sistemas son iguales, y elegir el tipo adecuado de suelo radiante es fundamental para que la instalación se adapte tanto a las necesidades del espacio como al uso que se le va a dar. En el mercado existen principalmente dos opciones: el sistema eléctrico y el sistema de agua.
El suelo radiante eléctrico está formado por mallas, hilos o folios calefactores que se instalan directamente bajo el pavimento. Es una opción ideal cuando se busca ocupar el menor espacio posible y realizar una instalación rápida, ya que su espesor es más reducido. Sin embargo, presenta un mayor consumo eléctrico y solo proporciona calefacción, por lo que su uso se limita a los meses de invierno.
Por otro lado, podemos decir que el sistema de suelo radiante con agua funciona mediante un conjunto de tuberías ocultas bajo el suelo por las que circula agua caliente o fría. Este tipo de instalación puede conectarse a una caldera o, cada vez con más frecuencia, a un sistema de aerotermia, lo que permite utilizarlo tanto para calefacción en invierno como para refrigeración en verano. Su versatilidad y la eficiencia energética que se deriva de su uso lo convierten una de las mejores opciones.
Es recomendable prestar atención al aislamiento
Uno de los factores más determinantes para asegurar un buen rendimiento del sistema es el aislamiento. Instalar una capa de aislamiento térmico bajo el suelo radiante resulta esencial para evitar pérdidas de energía hacia el forjado o hacia los niveles inferiores, si los hay.
Un buen aislamiento permite garantizar que el calor o el frío se dirija hacia la superficie superior del pavimento y no hacia abajo, lo que permite mejorar notablemente la eficiencia y reducir el consumo energético. Además, esto también ayuda a mantener la temperatura de una manera más estable y uniforme en todas las estancias.
En el caso de instalar suelo radiante en reforma, es recomendable utilizar materiales aislantes de alta densidad, como los paneles de poliestireno expandido, que ofrecen una excelente resistencia térmica sin incrementar demasiado el grosor del sistema. Aunque esto no parezca algo demasiado importante, en realidad, puede marcar una gran diferencia en el rendimiento global del sistema y en la sensación de confort térmico de la que disfrutamos en el hogar.
Elige los materiales adecuados para el pavimento
El tipo de pavimento influye directamente en la eficiencia del sistema. No todos los materiales transmiten el calor de la misma forma, por lo que esta se trata de una decisión que debe tomarse con mucho cuidado. Por ejemplo, las baldosas de cerámica, el gres porcelánico, el mármol o incluso el cemento resultan excelentes opciones para combinar con una instalación de suelo radiante para reformas, ya que tienen una gran conductividad térmica y permiten que el calor se distribuya uniformemente por toda la superficie.
En cambio, los pavimentos de madera natural, parquet o suelos laminados tienden a ser más aislantes, lo que puede reducir la eficiencia del sistema. Aunque pueden instalarse bajo determinadas condiciones y resultar cómodos, es importante asegurarte de que su grosor no sea excesivo. Elegir correctamente el tipo de pavimento permitirá aprovechar al máximo el rendimiento del sistema y mantener una temperatura de confort sin terminar sobreforzando el sistema.
Trata de considerar el control de la temperatura por zonas
Los sistemas de climatización más modernos cuentan opciones avanzadas de control por zonas, y el suelo radiante no es una excepción. Implementar un sistema de regulación que permita dividir la vivienda en diferentes zonas térmicas independientes aporta un plus de comodidad y eficiencia.
Gracias a los termostatos individuales instalados en cada estancia, es posible ajustar la temperatura de cada zona en función de las necesidades y del uso que se le dé. Por ejemplo, mantener una temperatura más cálida en el salón durante el día y una más suave en los dormitorios durante la noche.
Esta tecnología permite optimizar el consumo energético, ya que podemos controlar el sistema para que no funcione acondicionado aquellas habitaciones que no se están utilizando en un determinado momento. Además, al mantener un control preciso, conseguimos dotar el espacio de un mayor confort térmico y un ahorro considerable a lo largo del año.
Cuenta con un equipo profesional
Por supuesto, si estás pensando en instalar suelo radiante en reforma, lo más importante es contar con un equipo profesional especializado en este tipo de sistemas. En Tsclima disponemos de técnicos con amplia experiencia en la instalación de sistemas de climatización eficientes, capaces de realizar un estudio previo adaptado a las características de cada vivienda.
El diseño y la instalación del sistema deben llevarse a cabo de manera precisa para asegurar su correcto funcionamiento a largo plazo. Nuestros profesionales se encargan de analizar la estructura, calcular la potencia necesaria y garantizar que todos los elementos se encuentren en perfecto equilibrio. Gracias a ello únicamente no podemos evitar problemas en el futuro, sino que también garantizar un rendimiento óptimo y un mayor confort.
En definitiva, si cuentas con una planificación adecuada y el asesoramiento de un equipo experto, instalar suelo radiante en reforma puede ser una de las mejores decisiones para mejorar la eficiencia energética y el confort térmico de una vivienda existente. Apostar por esta tecnología significa invertir en bienestar, ahorro y sostenibilidad a largo plazo.
