En la actualidad, los hogares pueden disfrutar de distintos tipos de sistemas de climatización capaces de proporcionar un nivel de confort térmico que hace apenas algunas décadas parecía reservado únicamente para instalaciones especializadas y que, por supuesto, era impensable aplicarlo en una vivienda. Los radiadores de baja temperatura, suelo radiante y los modernos sistemas de aerotermia se han convertido en opciones habituales tanto en viviendas de nueva construcción como en reformas integrales. 

Gracias a ellos, podemos mantener una temperatura estable y agradable durante todo el año, independientemente de si en el exterior hace mucho calor en verano o excesivo frío durante la época invernal. Ahora bien, no debemos olvidar que la aerotermia tiene una particular ventaja: puede combinarse tanto con los radiadores de baja temperatura como con el suelo radiante, creando soluciones muy eficientes y adaptables a los gustos y necesidades de cada usuario. Sin embargo, aunque ambas son alternativas excelentes, lo cierto es que no siempre conviene instalar una instalación de aerotermia con radiadores o suelo radiante por igual. 

Cada sistema funciona de manera distinta y ofrece ventajas específicas según el tipo de vivienda, el aislamiento, la velocidad de respuesta térmica que se necesite o las características del uso diario. Por este motivo, en este artículo te vamos a mostrar en qué situaciones puede resultar más interesante elegir radiadores de baja temperatura en lugar del suelo radiante cuando decides combinar aerotermia radiadores o suelo radiante en tu hogar.

¿Qué es la aerotermia?

La aerotermia es un sistema de climatización altamente eficiente que se basa en la capacidad de una bomba de calor reversible para extraer energía del aire exterior y transferirla al interior de la vivienda. Esta tecnología se considera un tipo de energía renovable, sostenible e incluso una de las más respetuosas con el medio ambiente disponibles en la actualidad. Esto se debe a que funciona aprovechando la temperatura del aire para producir calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente sanitaria (ACS) durante todo el año.

Una de las grandes ventajas de la aerotermia es que puede consumir hasta un 75% menos de energía que otros sistemas tradicionales como calderas de gasóleo o gas natural. El 25% restante se corresponde con la energía eléctrica que necesita la bomba de calor reversible para funcionar, aunque incluso este consumo puede reducirse de manera notable si lo combinamos con un sistema de paneles solares fotovoltaicos. 

De esta manera, los usuarios podemos convertir todo este sistema en una instalación completamente renovable, independiente de las tarifas y de las emisiones de gases de efecto invernadero de las grandes compañías eléctricas. En la actualidad, la eficiencia energética es una prioridad, y, por este motivo, los sistemas, como la aerotermia en Valencia, han adquirido una enorme relevancia, tanto cuando hablamos de edificios de obra nueva como en proyectos de rehabilitación de viviendas.

El suelo radiante: en qué consiste y ventajas

A la hora de decidir entre suelo radiante o radiadores, es importante conocer primero cómo funciona esta opción de climatización. El suelo radiante de agua es uno de los sistemas más eficientes actualmente disponibles, ya que se basa en una red de tuberías instaladas bajo el pavimento por las cuales circula agua caliente o fría según la época del año. Su funcionamiento a baja temperatura permite maximizar la eficiencia de la aerotermia, lo que permite convertir el conjunto en una solución altamente sostenible y de consumo muy reducido.

Este sistema destaca por su capacidad para distribuir el calor de forma completamente uniforme en toda la superficie del espacio, lo que crea una sensación térmica muy confortable.  Gracias a esta solución, podemos evitar las corrientes de aire, estratificaciones y picos de temperatura en determinadas áreas, ofreciendo un ambiente estable en el que resulta muy fácil descansar, trabajar o realizar cualquier actividad diaria. Además, al trabajar con temperaturas moderadas, el suelo radiante contribuye a alargar la vida útil del propio sistema.

¿Qué son los radiadores de baja temperatura?

Los radiadores de baja temperatura funcionan con agua entre 30 °C y 55 °C, muy por debajo de los 70°C u 80°C que requieren los radiadores tradicionales. Esta característica los convierte en emisores altamente eficientes y perfectos para funcionar en un circuito alimentado con una bomba de calor de aerotermia. Su diseño incluye un bajo contenido de agua y una amplia superficie de intercambio térmico creada mediante aletas de aluminio y tubos de cobre.

Transmiten el calor principalmente por convección, y pueden encontrarse en dos versiones principales. Los radiadores estáticos funcionan de manera similar a un radiador convencional y tardan unos minutos en aclimatar la estancia, mientras que los radiadores dinámicos incorporan pequeños ventiladores internos que permiten acelerar la difusión del aire caliente, proporcionando una respuesta notablemente más rápida. Esta baja inercia térmica permite calentar una estancia en menos tiempo, adaptándose mejor a viviendas donde se realizan encendidos y apagados frecuentes.

Entre sus ventajas, destacan su excelente eficiencia energética, su capacidad para reducir el gasto mensual, la rapidez de respuesta al control de temperatura y la seguridad que aporta su carcasa templada. Además, algunos modelos pueden funcionar en modo de refrigeración si el sistema de aerotermia permite la circulación de agua fría. 

Aerotermia con radiadores o suelo radiante: ¿qué te interesa más?

Decidir entre aerotermia con radiadores o suelo radiante depende en gran medida del tipo de vivienda y cuáles sean tus necesidades en el día a día. El suelo radiante es ideal cuando buscamos el máximo nivel de confort térmico, una temperatura constante y un sistema que trabaje con una eficiencia energética excepcional. Este sistema resulta especialmente recomendable cuando hablamos de obras nuevas o en reformas integrales en los que se pueda instalar sin complicaciones.

Sin embargo, cuando hablamos de viviendas donde el uso de la calefacción es intermitente o donde necesitamos una respuesta rápida, los radiadores de baja temperatura pueden ser la mejor opción. Su baja inercia térmica permite calentar una habitación de forma casi inmediata, algo que el suelo radiante no puede ofrecer debido a su tiempo de reacción más lento. 

Del mismo modo, si la vivienda ya cuenta con una red de radiadores instalada y es compatible con agua a baja temperatura, la adaptación al sistema de aerotermia puede ser rápida y económica.  También conviene tener en cuenta la altura del suelo y las condiciones estructurales de la vivienda. Si vives en un piso donde no quieres realizar obras o elevar el nivel del suelo, los radiadores pueden resultar la opción más práctica. 

Por el contrario, en casas amplias, con buen aislamiento y donde necesitas disfrutar de un nivel de confort térmico altamente estable, no hay duda de que el suelo radiante es la mejor opción. En definitiva, podemos decir que, si estás pensando entre instalar aerotermia con radiadores o con suelo radiante debes saber que no hay una opción que realmente sea mejor que otra, ya que depende del uso, del tipo de vivienda, del presupuesto y del confort que cada familia priorice en su día a día.