Una de las preguntas más frecuentes sobre los equipos de climatización es cuál es la temperatura ideal de una bomba de calor. El rango de grados es tan amplio que es fácil caer en incorrecciones y hacer que la bomba de calor tenga una temperatura demasiado alta, sobresaturándolo y añadiéndole carga de trabajo innecesaria.
Sin embargo, no hay que olvidar que se busca también el máximo confort, y por eso es necesario que la temperatura de la bomba de calor sea siempre la adecuada. Pero, ¿en qué rango de grados hay que moverse para que la bomba de calor esté siempre a la temperatura ideal?
¿Para qué sirve una bomba de calor?
Empecemos por lo básico: una bomba de calor es un dispositivo cuyo funcionamiento se basa en la termodinámica, lo que significa que su función principal es la de transportar energía en forma de calor de un punto de origen a un punto de destino. Esta energía puede trasladarse por diferentes entornos, bien sea por aire, por agua o por el mismo suelo.
Este proceso es la base de lo que hoy conocemos como aerotermia, que se genera mediante el cambio de estado de un fluido refrigerante al pasar de estado líquido a gaseoso. Durante el proceso, el gas puede absorber calor para cambiar de estado y, por tanto, enfriar. Si la transformación se produce de estado gaseoso a líquido, se cede calor al agua o al aire y, por tanto, es capaz de calentar.
Para todo este proceso es necesario que exista un compresor para variar las presiones del circuito, modificando las temperaturas de evaporación y de condensación. Y es que una bomba de calor tiene la capacidad suficiente como para extraer y hacer uso de fuentes de energía externas sin coste, como el aire, el cual es utilizado para aclimatar un determinado recinto mediante el intercambio de estados que hemos descrito.
Una bomba de calor es, por tanto, una pieza clave en un equipo de climatización. Hay varios tipos, en función del fin perseguido y del sistema en el que se integre. Por ejemplo, hay bombas de calor reversibles que funcionan con ciclos inversos, extrayendo calor de un recinto pasándola por agua sanitaria para calentarla sin coste. Es el sistema que utilizan los aires acondicionados, por ejemplo.
Las bombas de calor presentan distintas ventajas: son capaces de suministrar energía de una manera mucho más eficiente y útil, y son capaces de presentar un ahorro de hasta el 70% si comparamos el funcionamiento de una bomba de calor con la de sistema de calentamiento a gas o que haga uso de electricidad para generar calor.
Además, desde el punto de vista medioambiental también presentan múltiples ventajas. Son sistemas mucho más eficientes y contribuyen a la reducción de emisiones de dióxido de carbono, además de hacer uso de refrigerantes respetuosos con el medio ambiente, lo que hace que sean soluciones de climatización mucho más eficientes y respetuosas.
A qué temperatura poner la bomba de calor
Por norma general, la temperatura recomendada para una bomba de calor es de 22º C. Es la considerada como temperatura ideal para casi todo tipo de condiciones. Teniendo en cuenta que cada grado de más incrementa el consumo en alrededor de un 7%, conviene vigilar este aspecto para no encarecer de manera innecesaria la factura.
Pero todo depende también del tipo de entorno en el que nos encontremos y cuáles sean las características meteorológicas del momento. Por ejemplo, aunque una bomba de calor es apta para combatir temperaturas bajo cero, aquí es posible obtener una sensación reconfortante con un rango de temperatura mucho más reducido.
Pero pongámonos en un supuesto en el que haga frío, pero se mantengan temperaturas positivas, una situación que prevalece en determinadas zonas situadas a nivel del mar donde la humedad puede ser el principal enemigo al crear una sensación térmica más baja.
En estos casos, es necesario mantener la bomba de calor a una temperatura algo más baja de los 22º C, compensando las bajas temperaturas del exterior para crear una sensación cálida y de confort en el espacio en el que se encuentre.
Por tanto, la temperatura ideal de una bomba de calor en invierno puede estar entre los 18º C y los 20º C, suficiente como para crear una sensación de agradable confort sin encarecer de manera innecesaria la factura mes a mes.
En situaciones de calor extremo también es necesario realizar ajustes. Por ejemplo, en entornos donde se superen los 35º C, la temperatura ideal para una bomba de calor se situará en torno a los 25º C o 26º C, creando una diferencia de temperatura suficiente como para notar los efectos positivos del trabajo de la bomba de calor.
Cómo funciona una bomba de calor
Una bomba de calor funciona gracias a los principios de la termodinámica. Para comprender cómo se desempeña este elemento vital de todo equipo de climatización que se precie, hemos resumido a grandes rasgos cómo trabaja una bomba de calor.
Para empezar, el fluido refrigerante se encuentra a baja temperatura y a una presión baja, por lo que se encuentra en estado líquido. La bomba de calor empieza a trasladar el aire aspirado del exterior a través del evaporador. Aquí, el líquido refrigerante absorbe la temperatura del aire ambiente, cambiando de estado. El aire es expulsado a una temperatura más baja de manera simultánea.
El líquido refrigerante llega en forma de vapor, pero se encuentra a una presión muy baja. Aquí es donde el compresor hace su función, incrementando la presión y, por ende, la temperatura.
El resultado es que se obtienen vapores procedentes tanto del propio proceso de absorción como de la transformación de la energía eléctrica. El vapor debe circular por el condensador para ceder toda la energía al agua acumulada, volviendo a un estado líquido.
Por último, el líquido refrigerante, en estado líquido, pasa por la válvula de expansión para obtener el fluido a una presión y temperatura muy bajas, tal y como se encontraba al principio. De esta manera, es posible volver a iniciar todo el proceso para poder disfrutar de una temperatura perfecta en todo tipo de condiciones.