Actualmente se está hablando mucho de la eficiencia energética a todos los niveles. Es decir, se habla de electrodomésticos eficientes y de edificios que, en sí mismos, tengan un elevado nivel de eficiencia energética. Esto se debe a que, hasta los últimos años, todas las instalaciones y edificios más antiguos no cumplían con los estándares actuales.
Esto quiere decir que, hace algunos años, los electrodomésticos e instalaciones utilizaban una cantidad de energía mayor de la necesaria para realizar correctamente sus funciones. Ponemos como ejemplo las propias instalaciones eléctricas de los hogares o los propios electrodomésticos del hogar: el horno, la lavadora, la nevera, el aire acondicionado o cualquier otro sistema de calefacción, refrigeración o climatización de una vivienda.
Lo mismo ocurre con la propia construcción de los edificios. De hecho, hace algunos años estos se levantaban utilizando materiales que no permitían considerarlos eficientes energéticamente, especialmente si los miramos desde los estándares actuales.
Por fortuna, esto ha cambiado y en la actualidad se aplican técnicas y materiales distintos para lograr este objetivo. Por ello, en este artículo te vamos a explicar las claves para construir edificios eficientes energéticamente hablando.
¿Qué es la eficiencia energética?
Pero antes de abordar el tema propiamente dicho, vamos a empezar por el principio. Es decir, vamos a explicar qué es en sí la eficiencia energética. Este concepto consiste en la utilización de la menor cantidad de energía para realizar cualquier actividad.
Por ejemplo, si ponemos como ejemplo dos aparatos de aire acondicionado funcionando en dos estancias distintas a 22ºC de temperatura mientras en el exterior se está a 30ºC, el menos eficiente de los dos gastará una mayor cantidad de energía que el otro para conseguir los mismos resultados en cuanto a temperatura. Como consecuencia, uno de los dos estará consumiendo una mayor cantidad de electricidad y, por lo tanto, la factura de la luz a final de mes será bastante más cara pese a que el resultado térmico es el mismo.
Así pues, en este mismo punto cobra importancia el uso eficiente de la energía. Este se consigue mediante el uso de una tecnología o de un proceso más eficaz y ajustado al gasto necesario. De esta manera es posible evitar un desperdicio totalmente innecesario de la energía.
Asimismo, este concepto está muy íntimamente relacionado con el concepto del calentamiento global y con el cambio climático. De hecho, para producir energía eléctrica, el ser humano produce una gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.
Por ello, si hacemos un consumo eficiente de esta energía, estamos contribuyendo a que no se necesite generar grandes cantidades de electricidad. Por ello, las emisiones de estos gases, en consecuencia, son bastante menores. De ahí la importancia que este concepto está cobrando en nuestras vidas durante los últimos años, debido a la actual situación de emergencia climática.
¿Cómo mejorar la eficiencia energética de un edificio?
Los edificios eficientes energéticamente se pueden crear por obra nueva o por reforma de una construcción ya existente. A modo de resumen, se pueden definir como aquellos edificios que están diseñados y preparados para reducir de forma significativa la necesidad de energía en cuanto a calefacción y refrigeración.
Es decir, que estos edificios aprovechan mucho mejor los recursos naturales y artificiales para mantener la temperatura adecuada en su interior. Esto lo hacen gracias a una serie de claves que deben tenerse en cuenta.
Dicho con otras palabras, en estos edificios, la eficiencia energética se puede lograr, en la actualidad, gracias a la arquitectura bioclimática. Es decir, se puede lograr gracias a la forma y a la orientación del edificio y los sistemas de protección pasiva frente a las altas y bajas temperaturas.
También se puede conseguir teniendo en cuenta la envolvente del edificio, teniendo en cuenta distintos factores como los materiales aislantes, el correcto acristalamiento y las ventanas completamente herméticas para que no exista ningún tipo de pérdidas de temperatura. Asimismo, no debemos olvidar la ventilación controlada gracias al aislamiento mecánico y a la recuperación del calor.
En el momento en que se cumplen todos estos requisitos, podemos decir que tenemos edificios eficientes energéticamente. Y, además, es también en este momento cuando podemos empezar a prestar atención a la fuente de energía que vamos a utilizar en nuestra vivienda, así como los aparatos de climatización que vamos a utilizar, ya que tendrán que trabajar mucho menos para lograr el confort térmico al no haber puentes térmicos ni fugas de temperatura.
¿Qué claves existen para mejorar la eficiencia energética en edificios?
Como hemos dicho anteriormente, para construir edificios energéticamente eficientes se deben tener en cuenta algunas claves. Gracias a ellas se puede construir un edificio que cumpla con estos requisitos de eficiencia energética o se puede reformar uno ya existente para adaptarlo a los nuevos requisitos y para actualizarlo a los estándares actuales. Entre las claves que hemos anunciado se encuentran las siguientes:
Un correcto aislamiento
Solemos decir que un edificio correctamente construido para mejorar su eficiencia energética debe tener una buena capacidad para aislar el ambiente interior respecto a la temperatura del exterior.
Entre otros aspectos, esto depende de la localización, de su orientación e incluso de los materiales con los que el edificio se ha construido. Todo ello afecta, en última instancia, a su capacidad para aislar correctamente y proporcionar una mayor eficiencia energética.
Para llevar a cabo este aislamiento térmico del interior respecto al exterior, se debe de realizar una reforma en distintas partes del edificio y de las viviendas. Es decir, se deben modificar los suelos, techos, paredes interiores y exteriores, cubiertas, fachadas, instalaciones y tuberías. Gracias a estas intervenciones se puede reforzar la envolvente del edificio para que no se produzca ningún tipo de pérdida de temperatura cuando pongamos en marcha la calefacción.
Los cerramientos deben ser lo más herméticos posible
Pero el aislamiento de la envolvente del edificio no es nada si no utilizamos unos correctos cerramientos. Estamos hablando de la instalación de unos cerramientos de calidad que permitan un correcto aislamiento térmico del interior respecto del exterior.
Es decir, las puertas y las ventanas deberán ser lo más herméticas posible para evitar la entrada de aire del exterior. Asimismo, los cristales deberán ser dobles para que la temperatura se mantenga durante el mayor tiempo posible en el interior del hogar.
Una correcta ventilación de las viviendas
Es importante contar con un buen sistema de ventilación en cualquier edificio que se considere eficiente desde el punto de vista energético. Es decir, es necesario instalar un sistema de ventilación que aporte un caudal de aire exterior suficiente para garantizar la renovación del aire del interior.
De esta manera, el espacio interior es totalmente saludable y, al mismo tiempo, se controlan perfectamente los niveles de humedad del interior, especialmente cuando las condiciones de presión y temperatura ambiental son desfavorables. Por ello, se puede optar por ventilación híbrida o mecánica.
Tener en cuenta la presencia de puentes térmicos
Los puentes térmicos se relacionan, de nuevo, con la envolvente térmica de un edificio. Es decir, debe prestarse atención a aquellos puntos del edificio en los que se produce una variación de la resistencia térmica.
En estos se produce una transmisión del frío o del calor más acusada, y esto produce pérdidas térmicas que afectan a la propia eficiencia térmica del propio edificio. En el momento en que se detecta uno de ellos, se debe poner remedio para corregir la anomalía térmica en el interior del hogar y poder aprovechar mucho mejor cualquier sistema de climatización del hogar. Por lo tanto, es un punto clave para lograr la eficiencia térmica en edificios.