En la actualidad, disfrutamos en nuestros hogares de unas condiciones de confort térmico que hace poco más de un siglo atrás parecía algo totalmente inalcanzable para el ser humano. Esto se debe a la invención de distintos tipos de sistemas de climatización, que son capaces de ofrecer refrigeración en verano y calefacción en invierno para poder estar cómodos tanto en nuestra casa como en los lugares de trabajo en que desarrollamos nuestras actividades diarias. 

Entre los métodos más efectivos y eficientes que pueden ayudarnos a alcanzar la temperatura ideal en los espacios interiores en los que vivimos o trabajamos, se encuentra, sin lugar a dudas, el aire acondicionado. Este sistema, por norma general, suele utilizar dos aparatos distintos —aunque existen modelos que utilizan más de dos—, la unidad interior y la exterior, que cuentan con componentes que se encargan de recoger el aire de la estancia para devolverlo a la temperatura deseada.

Esto se consigue gracias al uso de un líquido o gas refrigerante que recorre un circuito en el que se somete a varios procesos de compresión, condensación y expansión cuyo objetivo final es devolver el aire que ha absorbido del interior a la temperatura de confort que queramos disfrutar en la estancia de nuestra casa u oficina en la que lo hayamos instalado. Ahora bien, como cualquier otro sistema de climatización o electrodomésico, el aire acondicionado requiere de un mantenimiento, del que vamos a hablar en este artículo. 

¿Qué es el aire acondicionado por conductos?

El aire acondicionado por conductos funciona igual que este, pero tiene una mayor potencia y consigue proporcionar la temperatura deseada a todo el hogar gracias a una instalación de conductos de impulsión y retorno por los cuales se hace circular el aire a todas las estancias a través de rejillas de ventilación que se incluyen en su instalación. 

A través de estas rejillas se introduce y se recoge el aire de las estancias para adaptarlo a la temperatura de confort que hayamos indicado en el termostato, ya que se trata de un tipo de aire acondicionado centralizado. Y,  al igual que el resto de los sistemas de climatización, como los de tipo split y multisplit, el aire acondicionado por conductos también necesita un mantenimiento y una limpieza cada cierto tiempo para evitar unas consecuencias determinadas.

¿Cómo realizar el mantenimiento del aire acondicionado por conductos?

Entre los principales problemas que puede presentar este tipo de sistema de climatización se encuentra la mala calidad del aire y los malos olores, una calefacción o refrigeración absolutamente deficientes e incluso puede haber sobrecalentamientos que terminen estropeando el compresor, generando averías de distintos niveles de gravedad. 

Por este motivo, a continuación, te vamos a mostrar todas las claves que necesitas saber sobre el correcto mantenimiento del aire acondicionado por conductos para respirar aire de calidad y evitar, por ejemplo, problemas de alergia al moho, a determinadas bacterias y a los ácaros. 

Realiza el mantenimiento de forma periódica

A pesar de que el mantenimiento del aire acondicionado por conductos es una de las tareas que se suelen dejar para más tarde con mayor frecuencia, lo cierto es que es fundamental para poder respirar aire limpio y de calidad en nuestro hogar o en los lugares en los que trabajamos

Además, también es una manera excelente de asegurar que el sistema funciona de manera eficiente, controlando el consumo de energía. Por este motivo, desde TSclima siempre recomendamos realizar la limpieza, aproximadamente, una vez al año. 

Extrae y limpia las rejillas de ventilación

Antes hemos comentado que estas rejillas sirven para la impulsión y el retorno del aire que circula a través de los conductos de ventilación. Con el uso continuado, estas rejillas van acumulando polvo y suciedad, lo que hace que la calidad del aire que respiramos se vaya deteriorando con el paso del tiempo. Por ello, para limpiarlas, te recomendamos retirarlas cuidadosamente y limpiarlas con agua tibia y jabón neutro. Cuando estén completamente limpias y secas, ya puedes volver a colocarlas en su sitio después de limpiar los conductos, como te vamos a mostrar más adelante. 

Revisa y limpia los filtros del aparato

Los filtros son uno de los puntos críticos del mantenimiento del aire acondicionado por conductos, ya que, al igual que sucede con las rejillas, con el paso del tiempo, van acumulando polvo y suciedad. Además, como se suelen humedecer, también generan el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de bacterias, hongos y ácaros que pueden causar ataques de alergia. 

Por este motivo, para limpiarlo, te recomendamos extraerlo del aparato siguiendo las instrucciones del fabricante, revisar que no se encuentre dañado ni desgastado. Si está en buenas condiciones, puedes utilizar un aspirador para aspirar el polvo retenido y, posteriormente, limpiar con agua templada y jabón neutro para luego, dejarlo secar y volver a colocar en su sitio. Ahora bien, si se encuentra excesivamente deteriorado, lo aconsejable sería sustituirlo por otro nuevo. 

Limpia el polvo de los conductos de aire

Para mantener bien limpio el sistema, durante el mantenimiento del aire acondicionado por conductos, también debes utilizar un cepillo de cerdas suaves o, directamente, el tubo del aspirador para eliminar el polvo que se haya acumulado en el interior de los conductos. 

A pesar de que se trata de un proceso relativamente sencillo, te recomendamos que, para realizar esta limpieza en mayor profundidad, contactes con un técnico especializado, al menos, una vez al año. Así, conseguirás evitar la proliferación de moho, bacterias o ácaros causantes de alergias respiratorias en tu sistema de climatización. 

Revisa la unidad exterior

Al igual que debes limpiar las rejillas de ventilación, los conductos y los filtros de la unidad interior, también es necesario realizar el correcto mantenimiento del aire acondicionado por conductos en la unidad exterior, especialmente, si vives en una zona en la que se tiende a acumular suciedad, como hojas secas, ramitas, polvo, etc. Con esto ya habrías realizado el correcto mantenimiento del sistema. 

Ahora bien, si detectas que tu sistema de climatización hace ruidos extraños o notas que su rendimiento y eficiencia caen de manera excesiva, si notas que el sistema desprende olores desagradables que son persistentes a una limpieza básica o necesitas realizar una inspección y limpieza en profundidad en los conductos, te recomendamos que te pongas en contacto con un técnico profesional.