Uno de los aspectos en los que más solemos fijarnos a la hora de comprar un nuevo aire acondicionado es en las frigorías. Pero, ¿qué son exactamente las frigorías? ¿Son tan determinantes?
Una frigoría es una unidad de energía que se utiliza para medir la absorción de energía térmica en un espacio determinado. Existe desde hace decenas de años, pero desde la popularización de los aparatos de aire acondicionado han adquirido especial importancia en el ámbito comercial, siendo uno de los principales reclamos para la venta de aparatos de climatización, en especial de aires acondicionados.
Cómo saber las frigorías de un aire acondicionado
Aunque las frigorías de un aire acondicionado suelen estar reflejadas en la cara externa del embalaje y en las especificaciones técnicas incluidas en el manual del usuario, hay otras maneras de calcular las frigorías reales del aparato de aire acondicionado.
Para empezar, hay que saber que 1 vatio equivale a 0,86 frigorías, y vamos a utilizar esta referencia para realizar el cálculo. Para calcular las verdaderas frigorías del aire acondicionado que tienes delante, consulta en sus especificaciones técnicas la potencia total del aparato. Normalmente aparece un apartado donde se especifica la capacidad de kW que tiene el dispositivo en frío bajo el sello “cooling capacity”. Este es el dato que nos interesa.
Es habitual que esta capacidad esté reflejada en valores aproximados. Por ejemplo, 2.70-2.75, que suele ser lo que muchos aparatos de gama media ofrecen. Pues bien, cogemos el valor más alto, en este caso 2.75, y lo pasamos a vatios. Si 1 kilovatio son 1000 vatios, 2.75 kilovatios, la máxima capacidad de refrigeración del aparato, serán 2750 vatios. Si transferimos los datos y lo pasamos a frigorías, bastará con multiplicar los 2750 vatios por 0.86. El resultado da 2365 frigorías, el valor real que habrá que tomar como referencia para guiarse en la compra.
¿Tan importante son las frigorías que puede tener un aire acondicionado?
Las frigorías de un aire acondicionado son el indicativo de la capacidad de refrigeración que presenta y conviene conocer el dato para estar seguros de que estamos comprando un aparato de aire que realmente encaja con las características de la vivienda.
“Pero, ¿cuántas frigorías necesito realmente para poder disfrutar de aire fresco en casa sin pasarme?” Esta es una pregunta habitual entre quienes no conocen a fondo el rango de frigorías de los aparatos de aire acondicionado, y es una cuestión sobre la que es importante asesorar a un cliente para que tenga la seguridad de que está adquiriendo el aparato de aire acondicionado idóneo.
Para garantizar la potencia necesaria para una vivienda antes es preciso realizar un estudio de cargas térmicas, puesto que hay varios factores determinantes que pueden influir en este aspecto: acristalamiento, aislamiento, orientación del piso, la altura del edificio, la ciudad donde está ubicado, los cerramientos… Para hacerse una idea, dos estancias de características similares pueden tener demandas térmicas diferentes, por lo que realizar un estudio previo es fundamental para acertar con el aparato de aire acondicionado ideal.
Pero, “¿cuántas frigorías necesito si quiero optar por instalar un aire acondicionado que no sea split?” En esos casos, sobre todo cuando estemos hablando de grandes superficies, lo mejor es optar por otros sistemas de climatización, como los aires acondicionados por conductos. Es importante dejarse asesorar por un especialista en cualquier caso, puesto que es elemental llevar a cabo un estudio de cargas térmicas para determinar la potencia necesaria requerida.
Entonces, ¿cómo sé cuántas frigorías necesito en mi casa?
Los datos que le hacen saber a uno cuántas frigorías necesito para poder disfrutar de un aire fresco en el interior de la vivienda es la potencia del aparato, su capacidad de refrigeración y la extensión de la vivienda, ya que la superficie de la misma influye en la capacidad de permitir al aire frío diseminarse por igual por todas las estancias de la casa. Conviene, en todo caso, adaptar las características del aire acondicionado al presupuesto disponible a los rasgos únicos de la vivienda.
Además, las condiciones de la vivienda influyen en la capacidad del dispositivo de poder funcionar a pleno rendimiento, por lo que es un aspecto en el que conviene fijarse a la hora de comprar el aparato, pero sin caer en la obsesión.
Eso sí, ante la duda lo mejor es realizar el cálculo in situ para comprobar que realmente la tienda está ofreciendo un aparato de calidad. Si por ejemplo una tienda te está intentando vender un aire acondicionado de 4000 frigorías y tras realizar el cálculo te sale un valor inferior, deberías descartar la opción.
Aunque esto es como los discos duros, donde cabe un margen de error, lo cierto es que si la diferencia es demasiado grande se puede reclamar incluso el importe del producto si se ha llegado a pagar. Para que nos entendamos, un aire acondicionado de 4500 frigorías puede presentar un valor algo inferior, menor a 4500 pero siempre superior a 4000. Si un aire acondicionado de 4500 frigorías en realidad ofrece 3500, estamos hablando de una diferencia de rango y gama que tiene que percibirse en el precio, algo que no siempre ocurre y que exprime a los consumidores, que confían ciegamente en los comerciantes.
Claro que un aire acondicionado de 3500 frigorías debe presentar una capacidad de refrigeración menor que un aire acondicionado de 5000 frigorías, pero las diferencias deben siempre entrar dentro de una lógica, y si el rango sufre una oscilación excesiva, en ningún caso estarás ante una buena oferta. Por no hablar de la eficiencia energética: un aire acondicionado de 5000 frigorías puede ser más eficiente que un aire acondicionado de 3500 frigorías. Los recursos nada tienen que ver con la capacidad de refrigeración del aparato, sino con la gestión de los recursos que hace el mismo cuando está en funcionamiento.