Un uso desmedido del aparato de aire acondicionado, así como una limpieza deficiente y un desajuste térmico provocado por una elección incorrecta de la temperatura, son los principales causantes del sobrecoste reflejado en la factura de la luz.

Para ahorrar luz usando el aire acondicionado es preciso llevar a cabo una serie de pequeñas acciones con el fin de disminuir el importe de las facturas de la luz durante los meses de verano. ¿Cuáles son esas medidas para ahorrar electricidad con el aire acondicionado? ¿Cómo influye en un aire acondicionado la temperatura en cuanto al ahorro? Te las contamos a continuación.

Realiza ajustes de temperatura progresivos

A pesar de que un aparato de climatización cuenta con una horquilla muy amplia de grados, lo cierto es que la temperatura ideal del aire acondicionado, para ahorrar en la factura de la luz y evitar problemas de salud a medio y largo plazo, está muy alejada de los 16º C y los 30º C, unas cifras insanas que ponen innecesariamente al límite al dispositivo.

En un clima como el español, predominantemente caluroso y con regiones con altos niveles de humedad, la temperatura ideal del aire acondicionado para ahorrar es de 26º C en verano, que pueden reducirse a 24º C o 23º C en las situaciones de más calor. Cualquier cifra por debajo de ese umbral se considera excesivo en los meses más calurosos del año y además forzarán sin necesidad la máquina, siendo más probables a sufrir acumulaciones de hielo y un desgaste prematuro del gas, con los consecuentes agravios para el aparato y para ti que ello supone.

Y, ¿qué pasa en invierno? ¿Cómo ahorrar con el aire acondicionado puesto para calentar el interior de la vivienda? El sistema es el mismo: parte de temperaturas templadas y ajústalas muy poco a poco para encontrar el equilibrio perfecto.

Se estima que cada grado de desajuste incrementa el gasto de luz en casi un 8%, por lo que mantener el aire acondicionado a una temperatura que fomente el ahorro es más importante que nunca.

Mantén limpios los filtros y repón el gas refrigerante

Para ahorrar luz con el aire acondicionado puesto es elemental impedir que el aparato funcione de manera forzada. Esto se consigue llevando a cabo labores de mantenimiento de manera periódica y haciendo que filtros y demás estén limpios para que el aire pueda ser expulsado limpio y sin dificultades.

Además, el mantenimiento periódico puede revelar otros problemas del dispositivo, como unos niveles anormalmente bajos de gas refrigerante, el cual debe ser repuesto a tiempo para evitar que el aparato produzca hielo y libere residuos sólidos de suciedad que embocen los conductos y desemboquen en un problema mayor.

Pero si nos ceñimos únicamente a la cuestión de ahorrar luz con el aire acondicionado, lo más importante es garantizar que los filtros estén en perfectas condiciones para evitar que la suciedad acumulada actúe de tapón. Esto provoca que el aparato tenga que consumir más recursos para liberar el aire, que por otro lado no estará debidamente filtrado y que puede contener algún patógeno ambiental.

En realidad, con ajustar la temperatura ideal del aire acondicionado para ahorrar en la factura ya se da un paso importante que puede marcar la diferencia de manera inmediata en el consumo eléctrico, pero garantizar que las labores de mantenimiento y limpieza de filtros se llevan a cabo adecuadamente es otro paso indispensable para ahorrar luz estando el aire acondicionado utilizándose con frecuencia.

No dejar encendido el aire acondicionado 24/7

Por mucho calor que haga, dejar encendido por norma el aire acondicionado sin un ahorrador de energía es un suicidio económico que pronto verás reflejado en la factura de la luz. Aparte de innecesario, un aire acondicionado que no esté a la temperatura ideal para el ahorro tiende a desgastarse más rápidamente debido a una exposición más alta de estrés en sus componentes.

Lo mejor que se puede hacer para ahorrar electricidad con el aire acondicionado en verano es crear una serie de horarios para limitar el uso del aire acondicionado: un ahorrador de energía puede ser útil para establecer límites de consumo diarios, semanales o mensuales, pero la disciplina de encender y apagar el aire acondicionado a una hora determinada dará mejores resultados a medio plazo, ya que facilita la adquisición de rutinas para reducir el consumo a unas determinadas horas durante el día.

A pesar de que se opte por seleccionar la temperatura ideal del aire acondicionado para ahorrar, como dispositivo eléctrico que es, un aparato de aire acondicionado debe permanecer en reposo unas cuantas horas al día con el fin de evitar el deterioro prematuro. Por eso, complementar el efecto del aire acondicionado con otros dispositivos para aumentar la sensación de frescor y confort, como un ventilador de aspas o de techo durante las noches, puede ser una idea excelente si no sabes cómo ahorrar con el aire acondicionado en verano.

Entonces, ¿qué manera es mejor para ahorrar en la factura de la luz?

Para ahorrar electricidad con el aire acondicionado lo mejor es llevar a cabo acciones conjuntas que permitan reducir el importe de la factura de la luz mes a mes. La temperatura ideal del aire acondicionado para ahorrar oscila entre los 23º C y los 26º C. Teniendo en cuenta que cada grado de más incrementa un 8% el importe de la factura, una variación de dos grados supone entre un 15 y un 20 por ciento de ahorro en la factura solamente ajustando la temperatura.

A la hora de poner el aire acondicionado, la temperatura que fomenta el ahorro está fijada en este baremo, pero por sí misma no supondrá una diferencia demasiado grande en la factura. Ajustar otros parámetros como la potencia o contemplar o no el modo Eco pueden influir también en el importe final del recibo de la luz.

Así las cosas, para saber cómo ahorrar con el aire acondicionado de una manera 100% eficaz es necesario modificar los hábitos de consumo en varios frentes, yendo desde la selección del modelo (un Inverter AA+ es más caro que el resto, pero a cambio es mucho más eficiente energéticamente hablando) hasta las acciones más pequeñas, como añadir al aire acondicionado un ahorrador de energía para reducir, de manera muy gradual pero continuada el consumo eléctrico.