Ahora que los precios de la electricidad están disparados por las nubes en todo el continente debido a los efectos de la guerra y de la inflación, es probable que te preocupes al utilizar tu aire acondicionado cuando hace frío o calor. Te pueden surgir dudas sobre si tu aparato consume demasiado o qué puedes hacer para ahorrar un poco de dinero al mes. 

Puede que pienses en apagar el aire acondicionado. Sin embargo, si lo apagas, en verano no puedes dormir cuando la temperatura rebasa los 25 grados. Entonces comprendes que es necesario utilizarlo, pero te preguntas qué debes hacer para gastar menos energía y reducir la factura de electricidad del mes. 

Es cierto que encender el aire acondicionado supone un consumo al mes bastante más elevado que utilizar simplemente un ventilador. Sin embargo, hoy en día, la mayoría de los electrodomésticos cuentan con una etiqueta que permite identificar cuál es su nivel de eficiencia energética

Así, los electrodomésticos antiguos tienden a consumir más energía y los más nuevos cada vez son de menor consumo. Cuanto más eficiente sea el electrodoméstico, será más caro de adquirir, pero su consumo energético será menor y esto repercutirá en unas facturas menos costosas a final de mes. 

Pero, como existen muchas maneras de ahorrar, en este artículo vamos a tratar de explicar cómo consume más el aire acondicionado y qué podemos hacer nosotros para reducir este gasto energético. 

Consejos para reducir el consumo del aire acondicionado

Como hemos dicho, existen distintas maneras de ahorrar energía cuando hablamos de aire acondicionado. Algunas tienen que ver con la adquisición de un aparato correcto que permita un gasto menor y otras tienen que ver con pequeños gestos diarios que podemos integrar en nuestra vida que, a la larga, nos van a permitir ahorrar bastante dinero. 

Fíjate en la etiqueta de eficiencia energética

Desde el 1 de marzo del 2021 es obligatorio en la Unión Europea que todos los electrodomésticos incorporen una etiqueta con los niveles de la escala energética. Es un sistema sencillo y fácilmente interpretable por el que, por medio de una serie de letras A, B, C, D, E, F y G. Así, la A es la que más ahorro permite y la G es la que supone un gasto energético mayor. 

Así, si un aire acondicionado posee la etiqueta G, tendrá un menor coste a la hora de adquirirlo en la tienda. Sin embargo, aunque pueda parecer más económico, a la larga el gasto de tus facturas será  mucho mayor, ya que gastará mucha más energía. 

En cambio, para comprar un electrodoméstico de certificación A, seguramente tendrás que realizar una mayor inversión inicial que seguramente recuperarás con el paso del tiempo, ya que su gasto energético será mucho menor y las facturas serán bastante más económicas. 

Adquiere un aparato del tamaño que mejor se ajuste a tu vivienda

Para ello debes tener en cuenta que deberás de recurrir a un profesional que calcule cuál debe ser el aparato adecuado para tu espacio. Esto se debe a que si eliges un aire acondicionado demasiado grande, puedes terminar gastando más energía de la que se necesita para aclimatar la estancia. 

Así pues, si el aparato está realizando muchos y frecuentes ciclos cortos, estará gastando mucha energía cada vez. Y, si el mismo es demasiado pequeño, puede que tenga que estar demasiado tiempo en funcionamiento para poder alcanzar la temperatura deseada en tu hogar. Esto también supondría un gasto extra. 

Asegúrate de que tu hogar tiene un buen aislamiento térmico

Parece un tema que no requiere mucha importancia, pero conseguir que nuestro hogar esté bien aislado del exterior es vital. Esto se consigue instalando puertas o ventanas adecuadas y de calidad que garanticen este aislamiento, por lo que es recomendable sustituirlas si dejan escapar la temperatura al exterior. 

De esta manera, el aparato no tendrá que trabajar tanto para alcanzar la temperatura deseada y ahorrarás bastante dinero a final de mes. 

Instala el aparato en la posición correcta

Como hemos dicho antes, debes contar con el asesoramiento de un profesional para que evalúe tu hogar y sepa cuál es el mejor lugar para instalar los aparatos tanto en el interior como en el exterior.

Su posicionamiento debe favorecer la circulación del aire en la estancia y evitar el sobrecalentamiento del aparato del exterior, por lo que se recomienda no situarlo en una zona donde le dé el sol de manera directa durante mucho tiempo al día. Así, el aparato no trabajará de más y no consumirá energía extra para mantener la temperatura de la habitación. 

Realiza un correcto ajuste de temperatura

Debes tener en cuenta que la temperatura ambiente que elijas en tu aparato de aire acondicionado frente a la temperatura que haya en el exterior tiene efectos muy notables en el gasto energético y en tu factura de la luz. 

Esto se debe a que si la diferencia es muy grande, el aparato deberá trabajar mucho más de lo normal, mientras que si la diferencia es más pequeña, tendrá que trabajar menos. Por lo tanto, el coste energético será menor. 

Así pues, en verano, deberías regular tu aire acondicionado con una diferencia de 8 ºC menos respecto a la temperatura exterior. Así, si fuera hace 30 ºC, en el interior de tu vivienda deberías dejarlo a 22 ºC. No es necesario bajarla demasiado para alcanzar un ambiente agradable. Sólo debes ajustarla de manera razonable para no tener demasiado calor.

Y, en invierno, deberías hacer lo mismo, regulando la temperatura exterior respecto a la interior con una diferencia de 8ºC. Así, si afuera se está a 10ºC, deberías ajustar la temperatura a 18ºC, evitando subirla demasiado para evitar sobrecostes de energía. No es necesario tener una temperatura a 22 ºC o 23 ºC en invierno para ganar comodidad y ahorrarás bastante en tu factura de la luz. 

Si realizas todos los consejos que te hemos recomendado, estamos seguros de que conseguirás utilizar eficientemente el aire acondicionado. Además, con ello, gastarás mucha menos energía y ello repercutirá en un menor gasto económico.