Con la llegada del calor, los aparatos de aire acondicionado son los grandes salvavidas a los que recurrir para combatir las altas temperaturas. El uso intensivo al que se exponen y unas labores de mantenimiento deficientes pueden suponer un gran lastre para estos aparatos, que pueden dejar de funcionar en el momento menos oportuno.

Para evitar estas situaciones peliagudas, es necesario hacer un vacío al aire acondicionado de la manera correcta para evitar daños graves y eventualmente irreparables al realizar la instalación del equipo y tras realizar una intervención en el circuito frigorífico. Pero, ¿qué es eso de hacerle el vacío a un aparato de aire acondicionado? ¿Es peligroso? ¿Cuesta mucho hacerlo? Vamos a tratar de resolver todas tus dudas acerca de este proceso.

Qué es hacer el vacío a un aparato de aire acondicionado

El proceso de vacío de un aparato de aire acondicionado consiste en deshidratar el interior del sistema frigorífico para evitar que el compresor y los motores sufran daños de envergadura. Si no lo haces, lo primero que ocurre es que en el circuito habrá gases no condensables que ocasionarán problemas no visibles, pero gravemente perjudiciales para el equipo. Este proceso se debe realizar siempre con una bomba de vacío adecuada para el tipo y potencia del equipo de aire acondicionado para garantizar que la instalación frigorífica se encuentra en perfectas condiciones, que no existe acumulación de gases en los circuitos y que el compresor puede trabajar a pleno rendimiento sin temor a la formación de residuos que lo obstruyan.

En sí mismo, el proceso para hacer el vacío a un compresor no es especialmente complicado, pero sí requiere algo de tiempo para hacer las comprobaciones pertinentes. Este proceso garantiza la eliminación de gases no condensables en su interior, evitando problemas no visibles que pueden crear malformaciones en distintos componentes del aparato.

Por tanto, podemos considerar el vaciado de un aparato de aire acondicionado como el proceso de limpieza de la instalación frigorífica para retirar los excedentes de los gases y otros componentes que pudieran actuar de catalizadores de un proceso que terminase por dañar muy seriamente los motores y otros componentes del dispositivo.

Qué pasa si no le hago el vacío al aire acondicionado

Los daños que puede sufrir un aparato de aire acondicionado en caso de no realizar el vaciado pueden ser de distinta consideración, pero todos ellos potencialmente graves para los motores, el compresor, humedad en la instalación pudiendo crearse hielo y tapones en algunas partes esenciales y otros componentes que aseguran el buen funcionamiento del mismo.

No hacer un vacío al aire acondicionado o llevarlo a cabo de manera deficiente puede provocar desde la formación de sólidos orgánicos hasta la producción de hielo, roturas en los conductos y acumulación de agua. Además, la combinación de varios de estos problemas puede desencadenar la formación de lodo en el interior de los conductos, algo fatal que puede afectar muy gravemente al compresor, provocando su sustitución por un malfuncionamiento evidente.

Cómo hacer un vacío a un aire acondicionado

Hacer el vacío a un aparato de aire acondicionado no es extremadamente complicado, pero requiere de tiempo y algo de paciencia para llevarlo a cabo correctamente y con todas las garantías. Para hacerlo más sencillo, hemos dividido el proceso en tres fases para poder seguirlo más detenidamente.

Fase 1: conexión de la bomba de vacío y liberación del nitrógeno

El primer paso es hacerse con una bomba de vacío, un instrumento indispensable para hacer el vacío al aire acondicionado. Hay que conectarla en ambas líneas, tanto en baja como en alta presión. Cuando esté conectada, se pone en marcha y se espera hasta obtener una lectura de 800 milibares de vacío.

Acto seguido, hay que romper el vacío con nitrógeno, presurizar el sistema a presión de timbre y esperar. No reanudes el proceso antes de la media hora ni esperes más de una: así te aseguras de que la primera fase ha sido un éxito. Tras la espera, se suelta el nitrógeno y se detiene el proceso.

Fase 2: puesta en marcha repetida

Se vuelve a poner en marcha la bomba de vacío y, de nuevo, se detiene al llegar a los 800 milibares de presión de vacío. El proceso a repetir es el mismo que se ha llevado a cabo en el paso anterior: hay que romper el vacío con nitrógeno y presurizar el sistema durante un periodo que oscila entre los 30 y los 60 minutos.

Cuando el tiempo haya pasado, hay que soltar el nitrógeno.

Fase 3: repetición de vacío y carga de gas

Tras la pausa, hay que volver a poner en marcha la bomba de vacío, solo que esta vez se detendrá cuando la lectura alcance los 500 milibares. Eso sí, aquí influye mucho el tipo de lubricante que usa el aparato y conviene echar un vistazo a las instrucciones del dispositivo para encontrar detalles acerca del mismo, ya que algunos tipos de lubricante no toleran una presión de más de 250 milibares.

Por norma general, los lubricantes hechos a base de aceites minerales o aceites poliolester (POE) resisten 500 milibares, pero los polialquilenglicoles (PAG) no soportan más de 250 milibares.

Acto seguido, se utilizará el gas refrigerante para romper el vacío. En este paso es importante cargar el gas en estado líquido al circuito si la unidad requiere de una carga de gas completa. Si la unidad está por completo sin gas, es un buen momento para realizar la carga.

Tipos de vacío: simple y completo

En ocasiones es posible recurrir a un vacío simple y no se necesitará alargar el proceso, pero si las deficiencias son muy graves o si hace tiempo que no se ha realizado uno, entonces sí que habrá que optar por las tres fases del proceso.

El vacío simple es ideal porque requiere de una instalación más sencilla, y en los aparatos domésticos suele ser suficiente hacer solo un pequeño vaciado para garantizar un correcto funcionamiento durante los próximos meses.

Para optar por el vaciado simple, es necesario, aparte de estar ante un dispositivo de reducidas dimensiones (doméstico), que todos los materiales de la instalación, en especial las tuberías, hayan sido almacenadas y que se encuentren en un lugar limpio y seco. También es requisito indispensable que no estén afectadas por la humedad.

En cambio, si los conductos se humedecen, la instalación está hecha sobre un dispositivo antiguo o si el equipo ha sido expuesto a condiciones climatológicas adversas en exteriores, entonces lo mejor es optar por un vacío completo.